La memorable “Era Dorada de Atenas” vio florecer la política, la cultura y el mismo imperio ateniense bajo el liderazgo del estadista Pericles (495-429 a.C. Atenas, Grecia). Su nombre en griego significa “rodeado de gloria” y definitivamente le hace honor a su legado como orador prestigioso, por el que recibió el apodo “el Olímpico”; patrono de las artes, general lustroso y el primer político en impulsar Atenas hacia la democracia por su inteligencia, su incorruptibilidad, sus estrategias militares y gubernamentales durante más de treinta años bajo su administración.
¿Qué influencias cultivan y atraen a Pericles hacia la gloria?
Hijo de Agarista, miembro de la familia distinguida de los alcmeónidas y de Jantipo, quien también fuese estadista, jefe de los demócratas moderados y héroe de guerra, Pericles nace en la mayor cuna política y aristocrática de la Atenas del siglo V y se educa de la compañía de artistas y filósofos desde temprana edad, entre ellos el teórico musical Damon. Durante su mediana edad, aprovecha la asociación de sus amigos el arquitecto Hipodamo de Mileto, los filósofos Protágoras y Anaxágoras. Pericles también hereda una inclinación hacia la gente, las relaciones de valor societal y político, por lo que fue también llamado “el Primer Ciudadano de Atenas”.
¿Qué legado deja Pericles a la historia universal?

La posición política y militar de Pericles descansaba prósperamente como la primera entre sus conciudadanos atenienses durante cuarenta años por su prestigio y reelección continua al generalato. Entre 463 y 461, trabajó para enjuiciar y eventualmente aislar a Cimón, político conservador y general ateniense de la época, por traicionar los intereses de Atenas en Macedonia y emergió como el líder del partido democrático de Atenas. Si bien Cimón fue absuelto de todo cargo, esto supone que Pericles abogó por una política agresiva de oposición y de expansión para Atenas y fortaleció decisivamente los elementos democráticos en la constitución ateniense. Asimismo, desde 454 dirigió exitosas operaciones militares y en 443 fue nombrado estratega (uno de los principales generales de Atenas).
Pericles siempre adoptó tácticas que jugaban en beneficio de los atenienses; estas maniobras financieramente costosas funcionaron bien durante los primeros años de la famosa Guerra del Peloponeso, entre otras campañas. Sus enemigos llegaron a imputarlo por malversación de fondos públicos, lo que le obligó a comparecer a juicio y seguramente como consecuencia del proceso fue destituido del cargo de estratega. Él fue depuesto brevemente en 430, pero después de que fracasaron los esfuerzos de los atenienses para negociar con otras ciudades, fue reinstalado rápidamente y volvieron a elegirle general en la primavera del año 429 a.C. Pericles se convirtió en parte de la primera generación en usar el voto popular contra el viejo poder político.

En lo cultural, Pericles es quizás mejor recordado por un programa de construcción centrado en la Acrópolis de la colina de la ciudad, entre otros proyectos culturales en Atenas como el templo de Atenea Nique, el Erecteón y el majestuoso Partenón, construidos con altos estándares de estética, ingeniería y matemáticas; estas estructuras de mármol fueron ornamentadas con intrincadas estatuas y frisos tallados por los mejores escultores del siglo. Además, se le atribuye a Pericles la célebre “Oración Fúnebre” por un discurso que honró a los caídos y sostuvo la democracia ateniense como un ejemplo para el resto de Grecia.
En el segundo año de la Guerra del Peloponeso, una plaga golpeó Atenas, que estaba llena de evacuados del campo, matando quizás a una cuarta parte de sus habitantes. Pericles estaba entre sus víctimas. Se ha tratado de identificar la enfermedad responsable basándose en las descripciones de historiadores, pero existe una discrepancia entre ellos en relación al deceso del ilustre Pericles.
Entre algunas de sus frases destacadas y conocidas, se registran:
- «Dichas que se pierden son desdichas más grandes»
- «El que sabe pensar, pero no sabe cómo expresar lo que piensa, está en el mismo nivel del que no sabe pensar.»
- «El tiempo es el más sabio consejero.»
- «Somos libres y tolerantes en nuestras vidas pero en los asuntos públicos nos ceñimos a la Ley.»
- «El Estado Democrático debe aplicarse a servir a la mayoría y procurar a todos la igualdad delante de la ley, debe al mismo tiempo protegerse contra el egoísmo y proteger al individuo contra la arbitrariedad del Estado.»