La entra pasada comenzábamos a hablar sobre la conocida “Muerte de un Miliciano”. Comentábamos un poco lo que se ve en la imagen, al igual que un poco de su historia. Nos toca hablar hoy de la controversia existente sobre la fotografía. En esta sentido, les decía que la veracidad de la foto había sido cuestionada. Esto se debe a varios motivos:
Robert Capa en España (1937), durante la Guerra Civil.
En el primer lugar, en cuanto a su autenticidad, son muchos los que aseguran que pudo haberse tratado de un montaje; en otros casos se ha dudado de la identidad del miliciano muerto; e incluso existieron dudas del lugar donde se hizo la toma.
De este último punto ya hemos hablado, la entrada pasada les comente que durante años, el sitio en que la foto se había tomado fue determinado como el Cerro Muriao; sin embargo, informes posteriores arrojarían que en realidad las fotos fueron tomadas en Espejo, Córdoba. Por su parte, la identidad del miliciano fue autenticada, el miliciano muerto realmente fue Federico Borrell García.
En cambio, el tema del montaje es un poco más complejo, y si no me equivoco aún no ha tenido una solución que satisfaga a todo el mundo. ¿Qué es lo que se cuestiona? Pues la peculiaridad de la instantánea, debido a la ausencia de soldados próximos a Borrell en el campo de batalla, la falta de pruebas visibles de la herida de bala y, claro, el insólito don de la oportunidad de Capa fueron las causas que alentaron las sospechas de falsedad.
Foto de Gerda Taro en España, julio de 1937
Hace no mucho, en el año 2008 para ser más exactos, se realizaría en Londres una exposición en la cual se pretendía asegurar la veracidad de la foto. En ella se mostraron otras 40 fotos sacadas por Capa ese mismo día. Según la reconstrucción del suceso que se hizo a través de este grupo de fotografías, Capa aprovechó la hora de la siesta, respetada por los bandos republicano y franquista, para fotografiar a los soldados simulando acciones bélicas. Se realizaron varias carreras, simulando un asalto, hasta que de repente sonaron disparos y fueron atacados por tropas nacionales. Al parecer, el ajetreo de la tropa, debió atraer la atención de las fuerzas franquistas y, justo cuando Capa iba a presionar el botón, un fusil enemigo oculto abrió fuego.
Ni que decir que esta teoría no fue aceptada por todos, siempre existirá controversia alrededor de esta foto. Prueba de ello los son la diversas teorías que se manejan, entre las que podemos encontrar a la Web de Luca Pagni (Enlace que he encontrado en una de mis fuentes) quien está convencido de que es un montaje. También tenemos el “Análisis de Muerte de un Miliciano” [PDF; 330 KB], de la Universitat Jaume I y Proving that Robert Capa’s «Falling Soldier» is Genuine: A Detective Story, de Richard Whelan.
Quizás nunca sepamos si fue real o solo se trató de un montaje. Pero sea cual fue la verdad, esta foto ya forma parte de nuestra historia, y se quedará como uno de los símbolos tanto de la Guerra Civil Española como icono del siglo XX.