Tras el árido invierno, la primavera supone toda una explosión de color, luz y vida. Sin embargo, para los miles de pacientes que sufren alergia en nuestro país, la transición al buen tiempo no tiene unas connotaciones tan positivas. Y es que la floración de los árboles y las características ambientales se convierten en toda una pesadilla para ellos. Esta primavera los niveles de polen pondrán más que nunca a prueba su resistencia.
Alergias en España
Según estudios recientes, alrededor de 14 millones de españoles (un 30% de la población) presentan algún tipo de alergia. Pueden ser de muy diversos tipos y, aunque sus causas no siempre están claras, se apunta a factores medioambientales y a la excesiva esterilización de nuestra vida cotidiana. Pueden darse, por ejemplo, alergias al polen, a los ácaros del polvo, a los animales, a los medicamentos, a las picaduras de determinados insectos o a algunos alimentos. Cerca del 60% de los problemas de alergia afectan a las vías respiratorias, provocando cuadros de rinitis y asma. El polen es uno de los principales desencadenantes de este tipo de patología en nuestro país. Al contrario que la mayoría de las otras categorías enumeradas, la alergia al polen reviste generalmente un carácter estacional, agravándose en el período de máxima floración de determinados árboles y plantas muy comunes en nuestro territorio.
El polen primaveral: esa gran amenaza
La temporada 2013 amenaza con convertirse en toda una pesadilla para los alérgicos. Las lluvias registradas a lo largo de este invierno y las nieves de las semanas pasadas garantizan un nivel óptimo de humedad en el suelo. Gracias al mismo, los plátanos de sombra, las gramíneas y los olivos contarán con agua suficiente para una floración intensa. De hecho, los árboles de la familia de las cupresáceas, que florecen en invierno, ya han desencadenado los primeros brotes de alergia durante los últimos meses en ciudades como Madrid. El buen tiempo hace pensar que los síntomas leves registrados hasta el momento irán creciendo en intensidad a medida que progrese la floración de las plantas a partir del mes que viene. A finales de marzo se vivirá la gran explosión primaveral, que se prolongará al menos hasta el mes de mayo.
¿Cuáles son los síntomas y cómo se tratan?
La mayoría de las personas que acuden a la consulta de los alergólogos lo hacen tras haber sufrido episodios de reacciones leves en anteriores campañas. En ocasiones se confunden algunos síntomas de la alergia con el catarro, sobre todo en invierno. Pero si se nota picor ocular o de garganta, estamos ante un índice inequívoco de alergia. Se diagnostica mediante diversas pruebas cutáneas, así como analizando la coincidencia en el tiempo de las molestias registradas y los árboles en floración. El siguiente paso será recetar algún fármaco antihistamínico de última generación que puede contribuir a reducir el malestar experimentado.