Hallan pictografías rupestres que se encontraban ocultas hace miles de años. La Amazonia o Amazonas, es una enorme región que se encuentra al sur de América y se extiende por nueve países.
Su superficie alberga varias tribus, que han ocupado estas tierras por mucho tiempo. Diversos estudios han encontrado vestigios de poblaciones que habitaron este amplio territorio entre los años 1250 y 1500, y cuya subsistencia se debe a diversas maneras autosustentables.
Sin duda alguna, el Amazonas es una región con una gran biodiversidad, pero además, oculta grandes misterios y esconde extraordinarias muestras de arte, expresadas por sus pobladores.
En 2019, varios científicos y arqueólogos de la Universidad de Exeter, hallaron una pared vertical con una rica variedad de pinturas rupestres. Continúa leyendo el post para que te enteres de este fabuloso descubrimiento.
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Origen de las pinturas rupestres
Desde los años 80, se han realizado diversos estudios en esta zona rica en vestigios arqueológicos. En el año 2018, se encontraron nuevas muestras de pintura rupestre, que se sumaron a las que se conocían desde hace varias décadas.
En 2019, investigaciones llevadas a cabo por especialistas colombianos y británicos dirigidas por el arqueólogo José Iriarte, perteneciente a la Universidad de Exter lograron descubrir una pared vertical muy alta con una gran cantidad de figuras.
Entre las que destacan, tortugas, reptiles, aves, formas geométricas, huellas de manos en tono ocre. Así, como escenas de personas tomadas de la mano o bailando, cazando y mostrando sus distintas formas de vida.
Según los estudios efectuados, se calcula su antigüedad como mínimo en 12 mil 500 años, en la Edad de Hielo.
Se estima esta fecha, por la representación gráfica de perezosos gigantes, mastodontes y otras especies de animales, cuya desaparición en la tierra, se remonta a poco más de 10 mil años.
Ubicación de las pinturas rupestres
Las pinturas fueron localizadas en la Serranía de Lindosa a 200 kilómetros del Parque Natural Chiribiquete (lugar en el que se hallaron miles de pinturas en 1986), en pleno corazón de la Amazonia colombiana.
Ocupan una extensión de 12 kilómetros y a una altura fuera del alcance de la mano de cualquier visitante, por ser además una zona con mucha vegetación. Para su hallazgo, los investigadores utilizaron drones (aparatos aéreos no tripulados, manejados con control remoto) para rastrear la zona.
Calculan los arqueólogos, que la civilización que creó estas pinturas, muy probablemente utilizó estructuras o “andamios” de diferentes niveles, elaborados con madera, para poder trabajar las partes altas de la pared de piedra
Acceso al sitio donde se hallan las pinturas rupestres
Según el diario británico The Guardian, llegar al lugar donde se encuentran estas imágenes es complicado, se encuentran situadas a nueve horas en autobús desde la capital colombiana.
Para llegar al sitio donde se encuentran, se debe seguir una ruta en automóvil de dos horas, partiendo desde San José del Guaviare y luego marchar a pie por cuatro horas.
Estado de conservación de las pinturas rupestres
A pesar de encontrarse expuestas durante tantos años a diferentes elementos climáticos, como el sol, el agua, el viento, la humedad presentan un buen estado de conservación, ofreciendo una extraordinaria representación y panorama de la vida de los habitantes primigenios que vivieron en este lugar.
Las imágenes son bastante nítidas, en colores tierras y ocre. En ellas se pueden diferenciar las distintas figuras animales y representaciones humanas.
Polémicas en torno al descubrimiento
Tras el hallazgo, se han presentado diversas controversias en cuanto al artículo publicado por “The Guardian”. La polémica se origina por las opiniones que se relatan en la información, como lo es, la categorización al hallazgo, como la Capilla Sixtina de la Amazonia, un epíteto que ha logrado generar incomodidad.
Las representaciones pictóricas mostradas por el diario, dan cuenta de los paneles pictográficos de Cerro Azul, uno de los lugares donde se encuentra una gran cantidad de imágenes rupestres, conocidas por muchos, por ser una zona turística.
Aunque el post, menciona que se está haciendo el registro del hallazgo, no se le da el debido reconocimiento a las investigaciones realizadas anteriormente. Por ello, este es otro de los orígenes de la discusión, debido a que la prensa y arqueólogos, han ocultado la labor de varios investigadores que han trabajado en este territorio con anterioridad.
Además, no hacen referencia al papel fundamental de las comunidades en la colaboración de los hallazgos, pero si mencionan la labor de una universidad extranjera y a ciertos investigadores como los descubridores del sitio.
Ningún crédito para la comunidad local por los hallazgos
A pesar que los hallazgos de las representaciones pictóricas se deben en gran parte, a las comunidades que se encuentran ubicadas cerca de los paneles decorativos, no han contado con el reconocimiento de su labor.
Para el mantenimiento, protección y resguardo de las pictografías rupestres, la comunidad local, juega un papel fundamental. Algunos pobladores se han destacado en estas labores, como es el caso de Don Campo Elías, quien fue uno de los primeros en colaborar con los investigadores en cuanto a ceder su casa para servir de alojamiento a la ciencia y a los turistas.
Otra persona que merece especial atención, es el señor José Noé Rojas, dueño de la finca donde se encuentran los vestigios arqueológicos y cuyos familiares, acometen trabajos de protección y mantenimiento de los doce paneles y de las pinturas.
En este post, has podido conocer los detalles de tan valioso hallazgo, patrimonio colombiano y de la humanidad.