El Auténtico Robinsón Crusoe

El Auténtico Robinsón Crusoe – El Historiador

Muchos libros o películas suelen contar la particularidad de jactarse por estar basadas en una “historia real”, como por ejemplo, la mismísima Titanic de James Cameron. En esta ocasión, nuestro protagonista sale directamente de las páginas de Las Aventuras de Robinsón Crusoe. O, mejor dicho, hablaremos hoy del verdadero Robinsón Crusoe. Bueno, de uno de ellos al menos.

Portaretrato de Daniel Defoe, National Maritime Museum, Londres.

El caso es, que la famosa historia del náufrago contada por Daniel Defoe proviene, en parte, de las historias narradas en las crónicas del Inca Garncilaso de la Vega sobre un navegante español que náufrago en las aguas del Pacifico. El escritor y hombre de negocios Defoe seguramente oyó en algunas de sus travesías la historia de Pedro Serrano (el náufrago en cuestión), y utilizando datos de la historia de este hombre y en un tal Selkirk, escribió, en 1719, Las Aventuras de Robinson Crusoe, uno de los libros más populares y considerado como una de las primeras novelas inglesas.

Pero vamos a la historia. El caso es que el español Pedro Serrano lograría sobrevivir junto a otros dos hombres a un fuerte temporal que los depositó en un banco de arena del mar Caribe. Aquel banco, hoy llamado Serrana Bank en honor a Pedro, carecía de vegetación y fuentes de agua dulce, es decir, los tres marineros estaban rodeados tan solo de arena. Pasó poco tiempo antes de que uno de ellos muriera. Los dos sobrevivientes bebieron sangre de tortugas para suplir la falta de agua, que apenas podían recoger cuando llovía, y comieron pájaros y peces.

Con estos métodos lograron sobrevivir una larga temporada, hasta que, apareciendo de la nada, un día, otros dos náufragos, que arribaron a la pequeña isla. Ante la nueva situación, favorable y desfavorable al mismo tiempo (ya que ahora contaban con un bote, pero más bocas que alimentar), los cuatro náufragos decidieron echarlo a la suerte, y dos de ellos (el acompañante de Pedro y uno de los nuevos visitantes) partieron en la búsqueda del continente, con la esperanza de llegar a tierra firme y conseguir ayuda para los que quedaban atrás. Sin embargo jamás volvieron a verse. Así, Serrano y el otro de los visitantes, se quedaron en la isla con un acompañante aún más desconocido que el anterior.

Banco de arena donde náufrago Pedro Serrano en 1526 Actualmente se llama Banco de Serrana y es territorio colombiano.

Sin embargo no desistieron, juntos construyeron una pequeña torre rocas y corales, desde la cual hacían señales de humo con los restos de los diferentes barcos que llegaban del otro lado del mar. Sobrevivieron así durante ocho largos años, hasta que un día de 1534, sus señales de humo fueron divisadas por un galeón. Los dos hombres fueron recogidos por un bote y llevados a la embarcación. No obstante, lamentablemente, el acompañante de Pedro murió al poco tiempo de haber abordado el barco. Fue entonces que Pedro Serrano volvió al fin a su España, solo y sin ninguno de los cuatro acompañantes de aquella horrorosa travesía, a los que ya no volvería a ver.

A penas Serrano puso un pie en España se convirtió en una figura famosa, no solo en su país, sino también en toda Europa. Las altas esferas de la sociedad lo contrataban para que contara su historia, para que relatara y rememora cada una de sus peripecias. Recordar aquellos largos y sufridos acontecimiento produjo una gran angustia en Pedro, la cual volcó en el Archivo General de Indias, en Sevilla, convirtiéndolo en un testigo de su pena.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces, muchas historia similares han sido contadas, pero ninguna se acerca a esta, incluso hoy en día genera fascinación y admiración la capacidad de supervivencia de esos dos hombres que, durante ocho años, no supieron qué sería de ellos, estando abandonados a la buena de Dios.

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