El estereotipo que se ha vendido a las personas de cómo serían los vampiros, ha sido bastante metódico con el pasar de los años. Seres altos y muy pálidos, con colmillos afilados y tenebrosos. Son considerados auténticos monstruos chupasangre, y de ellos han salido infinidades de historias fílmicas al respecto. Pues para muchos son solo personajes ficticios creados con el fin de vender historias, para otros son productos realmente aterradores, quienes causan las más horribles pesadillas.
Aquí te mostraremos el origen de estas historias míticas de vampiros, de seguro llamará enormemente la atención saber la génesis de estos personajes que desde niños, nos han llenado de miedo en las películas.
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¿De dónde provienen?
Estos monstruosos personajes dedicados a chupar la sangre humana, hicieron su primera aparición en escena en el folklore Eslavo, siendo en Escandinavia que se empezó a hacer uso de la palabra “Vampiro” o “Upir” en ruso. Siendo en el siglo XI que se ha registrado los primeros usos a este término.
Las leyendas sobre estos personajes, que se dedicaban a supuestamente chupar la sangre de las personas que consiguieran, se mantuvieron vigentes en muchos pueblos escandinavos, y provocaban pánico en las poblaciones a pesar del intento de la iglesia católica y cristiana para erradicar esas creencias de tendencias diabólicas.
Las historias de vampiros, en realidad se originaron más por la mala interpretación de diversas enfermedades, tales como la hidrofobia, comúnmente conocida como la rabia y la pelagra, la cual consiste en el cambio de la coloración de la piel por la mala alimentación; aspecto muy común en la Europa medieval.
También el desconocimiento del proceso de descomposición del cuerpo humano al morir, fue determinante en la difuminación de las historias de vampiros. Ahora es bien sabido que los gases producidos por el cuerpo humano en descomposición, hacen que el mismo se hinche y en ciertos casos aparezcan hilos de sangre en la boca, dando la apariencia de que el difunto ha acabado de comer.
En esas épocas, describían a los vampiros como seres con cuerpos hinchados, dientes largos y afilados con uñas larguísimas al estilo de una garra de animal feroz. La creencia popular de que los muertos podían volverse en vampiros, provocó que se observaran distintos rituales en los sepelios de la época.
Rituales macabros para evitar los vampiros
Fue muy común durante siglos, que para evitar la propagación de supuestos vampiros en los pueblos, se procediera a alterar las tumbas de todos los fallecidos. Por ejemplo, empezaron a enterrar a las personas cubiertas de ajo y semillas de amapola. Además les clavaban espadas y dagas por todo el cuerpo, en especial en el corazón y en los casos más extremos, mutilaban y quemaban los cadáveres.
Gran revuelo en Europa
Esta situación fue tan grave, que mantuvo a Europa, mayormente en Escandinavia en vilo total y pánico, hasta bien entrado el siglo XVIII.
Los oficiales austríacos, cuando tenían posesión de Serbia, notaban que las personas tenían costumbres muy extrañas al momento de enterrar a sus muertos, documentando así las situaciones llamativas que observaban en la población. Provocando de esta manera, un boom que hizo que todos en Europa quisieran averiguar más del tema.
Tanta fue la conmoción, que la emperatriz de Austria, en 1755, ordenó una investigación muy rigurosa sobre este tema, publicando un oficio refutando científicamente la situación de los rumores de supuestos vampiros.
Ya con el pasar de los años el pánico fue disminuyendo y a medida que las generaciones pasaban ya el temor por esos supuestos vampiros fue bajando. Pero en su lugar, aparecieron obras literarias que mostraban a los vampiros como referentes protagónicos; tales como “El Vampiro” de William Polidori en 1819 y “Carmilla” de Joseph Seridan Le Fanu en 1872.
Vampiros en la actualidad
Ya estamos entrados en el siglo XXI, los vampiros son solo cosa de la ficción, eso lo tenemos claro. Pero aún han salido en los últimos años innumerables películas y series sobre estos macabros personajes. Desde el Conde Drácula, hasta las películas de Crepúsculo, son solo muestras de como los vampiros han sido utilizados por la industria del entretenimiento, y así generar historias que llamen la atención de los amantes de la ciencia ficción.